Diseño

La importancia de la jerarquía visual

Organiza los elementos y la información para que el mensaje principal llegue a sus destinatarios

Cuando una composición posee una buena jerarquía visual, basta con un parpadeo para tener una primera imagen del tema central. ¿Vemos cómo hacerlo?

Una de las características esenciales de cualquier diseño eficaz es que tenga una clara jerarquía visual pero, ¿qué es?

Es la disposición de los elementos de un diseño gráfico para que sea atractivo, a la vez que ayuda al usuario a saber la importancia de cada elemento y lo guía a través del contenido de forma sencilla. En otras palabras, la misión del diseñador no es sólo hacer cosas bonitas, sino organizar y transmitir la información de forma clara e intuitiva.

El peso visual define la importancia de los elementos. Por ejemplo, si ves algo en mayúsculas o en negrita PIENSAS QUE ES IMPORTANTE. Es inevitable que se vaya la vista. Por ello, antes de plantear un diseño, es fundamental analizar el contenido y detectar qué es necesario destacar. Si todo destaca, al final no destaca nada.

Para que un diseño sea comunicado de la manera más efectiva posible, se deben recordar algunos conceptos clave y utilizarlos estratégicamente. No vale sólo utilizar las técnicas favoritas o aplicar las tendencias actuales. Hay que trabajar con todos los recursos del diseño, desde el color, el contraste o la tipografía, hasta el espacio entre los elementos, con el objetivo de organizar y priorizar el contenido. 

Además, no sirve únicamente ser creativo. Es necesario tener en cuenta todos los elementos que formarán parte de la composición, así como reconocer qué es lo que se puede incluir en la composición y qué es lo que puede omitirse.

Una de las funciones más importantes de la jerarquía visual es ayudar a establecer un punto de partida, ofreciendo a los usuarios un punto de entrada para comenzar a navegar por el diseño e indicarles dónde se encuentra la información más relevante.

Cada vez es más complicado captar la atención y, mucho más, retenerla. La era de las pantallas ha hecho que los usuarios hayan reducido el tiempo de atención, a la vez que se han multiplicado los elementos externos luchando por unos minutos de protagonismo. Sobresaturación de información. Como hoy en día es tan difícil retenerlos, la jerarquía visual es más importante que nunca. A continuación, vamos a repasar algunos elementos a tener en cuenta.

 


Tamaños que mejoran o reducen la visibilidad

El elemento de diseño más GRANDE llama la atención. Ampliar el tamaño de un objeto (sus dimensiones) y la escala (su tamaño en relación con otros objetos) es una de las formas más fáciles y efectivas de darle importancia visual. Por otro lado, los elementos de diseño menos relevantes, pueden ir en tamaños reducidos. Como en cualquier principio de diseño, el equilibrio es la clave.


Color y contraste

El color atrae. En especial cuando se usa de manera estratégica para resaltar alguna imagen o información importante. Un toque brillante de un color como el rojo o el amarillo, por ejemplo, es difícil de ignorar. En línea con esta teoría, es posible trasladar cualquier elemento o información a un segundo plano utilizando colores más neutros.

Además, existen varias formas para alcanzar un contraste de colores llamativo:

  • Temperatura: básicamente, los colores suelen dividirse en tres categorías: fríos –azul y verde–, cálidos –rojo, naranja y amarillo– y neutros –negro, blanco, gris y, a veces, marrón o beige–. La mezcla de temperaturas de color, sobretodo las de alto contraste, puede atraer mucha atención visual. 
  • Valor: es la luz que lo define (la luminosidad u oscuridad que tenga). Al igual que la temperatura, los colores de diferentes valores se pueden yuxtaponer para lograr contrastes. Este contraste aumenta cuanto mayor sea la diferencia de luminosidad.
  • Saturación: un color en su forma más pura y brillante está 100% saturado. Cuanto más se acerca al gris, menos saturado está. El uso de colores brillantes (o vivos) o apagados, ya sea juntos o separados, puede ser una forma estratégica de crear zonas de alto o bajo contraste en un diseño.
     

Jerarquía tipográfica

La jerarquía tipográfica es un componente más de la jerarquía visual, que debe tenerse en cuenta si la composición incluye texto. 

Imagínate el texto de una revista o artículo web, con su titular, subtítulo y cuerpo. Se trata de una estructura básica de tres niveles que se puede aplicar a cualquier tipo de diseño. Analizando cada escalón:

  • En el primer nivel encontramos la información más relevante. Normalmente, es un elemento tipográfico más visible en el diseño.
  • En el segundo nivel se encuentran los elementos que organizan el diseño en secciones o agrupan la información en bloques relacionados. El tipo de letra no debe destacarse tanto como en el primer nivel y debe ayudar a los usuarios en su lectura.
  • El tercer nivel se utiliza en diseños con mucho texto. Habitualmente, su objetivo es funcionar como mensaje completo, con todos los detalles informativos necesarios. 
     

Fuentes

Las fuentes pueden mejorar o empeorar un diseño. Al decidir qué fuentes usar, muchas veces, menos es más. En otras palabras, es mejor utilizar una o dos fuentes por proyecto y, si es necesario más contraste, repetir las fuentes en un tamaño, peso o estilo diferente. Es una buena forma para crear combinaciones interesantes y funcionales.

 

Espacios

El espacio en blanco es un factor que se descuida con facilidad. Sin embargo, es un punto muy importante en la jerarquía visual. 

Cuando no se planifica correctamente el espacio en el diseño gráfico, se suele caer en el error de incluir más información de la necesaria, obteniendo como resultado una “masa” de información confusa y nada atractiva. Esto se debe a que el espacio en blanco es esencial para separar y organizar los elementos de un diseño, así como ayudar a que se vea ordenado y equilibrado.

 

Composición

Es básico estructurar correctamente el diseño. Todos los diseños necesitan una estructura general o principio organizador, y esto se conoce como composición.

Seguro que ya conoces algunas técnicas habituales como la regla de los tres tercios, la regla de las probabilidades, la regla de movimiento implícito o la regla áurea - también conocida como divina proporción- y, si no es así, las veremos en próximos artículos.

Piensa. Inspira. Crea.

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